3/21/2007

Conversaciones (no con Dios) sino con las personas

Hoy tuve tres conversaciones interesantes:

- La primera fue esta mañana temprano antes de irme al trabajo. Hablaba por teléfono con un amiga (larga distancia) que me contaba que en ocasiones se sentía triste y aunque deseaba llamar a alguna amiga para ir a visitarla, se eximía de hacerlo por temor a sospecharan que algo le pasaba por andar llamando a alguien un Domingo en la tarde y para no sobrecargar a sus amigas con sus problemas.

Ella está pasando por un período difícil ya que se acaba de divorciar después de 30 años de casada. Ahora vive sola.

Le dije que lo importante no es lo que piensen otros sino estar consciente de nuestras emociones y sentimientos. Saber por qué hacemos las cosas. Buscamos a nuestros amigos para compartir y si lo que tenemos para compartir es nuestro sentimiento de soledad, pues eso es lo que hay y no tenemos que avergonzarnos de ello. Al contrario, pienso que cuando mostramos nuestras debilidades a nuestros amigos nos acercamos mas a ellos. Cierto que tenemos que resolver nuestra soledad nosotros solitos, porque nadie va a llenar nuestros vacíos. Pero ¿para qué reprimirnos de buscar compañía si eso no va a resolver nuestra soledad?

- La segunda conversación fué con una compañera de trabajo. Ella es cristiana de la iglesia Bautista. Ella sabe que yo no soy creyente pero sabe también que sí lo fui. Es por ello que me pide que le recomiende libros cristianos para leer. Yo le recomiendo libros de dos autores que fueron mis favoritos: David Yoggi Cho y Watchman Nee. Ella está fascinada con lo que lee. Hoy me decía: "¿como es posible que tú ya no creas?" y a continuación: "no pierdo la esperanza de que vuelvas al evangelio y asistas a una iglesia cristiana"

Mi respuesta fue: no creo porque yo no necesito creer, me basta saber. Considero que las religiones son muletas espirituales que la mayoría de las personas necesitan para llevar su vida. Necesitan a alguien que los guíe, que los aconseje, que le muestre el camino. Yo he aprendido que nadie me puede guiar excepto yo misma. No tengo miedo a equivocarme en mi caminar, si me equivoco rectifico y sigo adelante. Tu deseo de que vuelva a la iglesia lo comparo con un paralítico que ha logrado caminar sin muletas y que le digamos que vuelva a usarlas.

- La tercera conversación fue con una clienta que frecuenta la librería (por cierto me llevó 7 diferentes clases de te para los 7 chacras... bueeeeeeeeeno).
Me invitaba a que asistiera a un taller de budismo que se llevará a cabo próximamente.
Le dije que prefería no ir, pues ya había participado bastante en diferentes tipos de creencia y que prefiero en la actualidad ser mi propia guía.
Me dijo en buena forma: "entonces, ya lo sabes todo".
Le respondí: no lo se todo y hubo una época en que deseaba encontrar un gurú, algún maestro espiritual que me guiara, pero me he dado cuenta que no hay tal cosa, cada cual ha de hacer su propio camino.
Lo que necesite saber, lo sabré y para ello no necesito siquiera leer un libro.
Lo importante para mí, es mantener viva la llama de la búsqueda constante de la verdad acerca de mí misma.
Mientras mas me conozco, mejor comprendo a los demás.

6 comentarios:

Jonás dijo...

Entiendo que uno de tus libros preferidos sea Sidharta pues expones lo que es el núcleo de la novela de Hesse, cada uno es su propio guía y maestro. Nunca he podido soportar las iglesias sean budistas o cristianas, aunque pueda aprender de ambas pues en sus enseñanzas hay muchas cosas aprovechables. En las iglesias siempre hay "sacerdotes" o "gurus" que muchas veces son funcionarios grises que han sabido escalar. Sin embargo, a veces te encuentras a personas que sin tener ningún cargo o dignidad son verdaderos pozos de sabiduría y tomas algo de ellas. Hace ya mucho tiempo que me di cuenta de que las iglesias no me podían incluir en su seno. Todo lo que huele a incienso dirigido a ciertos sumos sacerdotes me repele. He visto que has cambiado el aspecto de tu sitio. Así estamos todos, "en construcción". Un cordial saludo desde Barcelona.

Maritza Bueno dijo...

Sí, leer los libros de Hermann Hesse me marcaron y me dí cuenta hace unos tres años que volví a releer Sidharta. Dicho sea de paso: volver a leer los libros que hemos leido en la juventud es síntoma de vejez :-). Claro que no me siento vieja, pero ese es otro tema.

Igualmente "Ilusiones", me influenció. Hoy en día no tengo miedo de ser diferente, de lanzarme, de no ser parte del rebaño ¡es mas, no me gusta ser parte del rebaño!

"El Principito", en parte es un himno a la amistad y esa parte permanece en mí. Valoro mucho la amistad. Como dice la Biblia: "el que encuentra un amigo, encuentra un tesoro". Para mí un amigo(a) es parte de mi familia.

"Paula", me ayudó a prepararme para la muerte de mi madre. En el libro hay una frase que me impactó: "lo único que tenemos es el amor que damos" Hoy no estoy de acuerdo con la frase, pero en aquel entonces me ayudó a aceptar el hecho de que mi madre no me reconociera al final de su existencia. Después de yo haber sido "la niña de sus ojos".

Vamos a dejarlo ahí para no cansar.

A mí no me molesta ir a compartir a una iglesia, cualquier denominación que sea. No me siento incómoda, pero siento que no pertenezco a ese lugar. Es como si estuviera viendo una película.

Soy extraña (rara, como diría nuestro amigo Victor), lo sé. Por ponerte un ejemplo: mi madre rezaba el rosario y le gustaba que yo lo hiciera con ella. Yo lo hacía de mil amores, solo por hacerla feliz, aunque para mí no significara nada.

Estoy de acuerdo contigo en que uno se puede encontrar en las iglesias gente con mucha sabiduría, pero yo me he encontrado con mas gente sabia, fuera de las iglesias que dentro de ellas.

En cuanto al cambio del blog... Tu observación me hizo reflexionar que a veces queremos cambiar y solo logramos hacerlo superficialmente, pero no sustancialmente.

Me explico: lo que quería era encontrar la forma de escribir en párrafos. Porque aunque escribo en párrafos, todo aparece junto cuando lo "posteo". Sé que me puedes ayudar en eso, y por eso te lo comento. ¿Como se hace?: Que lo que tu escribas salga exactamente como lo redactas.

De acuerdo, estamos en continuos cambios.

Jonás dijo...

Cuando escribes tienes el problema de que tú lo divides en párrafos y, sin embargo, te sale junto. La solución es sencilla. Cuando estás redactando una entrada tienes dos opciones, una es la normal y otra es la html. Clica en la html y divide tu texto en párrafos con el espaciador. Lo que hagas allí se mantendrá y lo podremos ver cuando lo publiques. Espero haberte sido útil. Creo que es eso lo que te pasa.

Maritza Bueno dijo...

A pesar de elegir HTML para escribir, me salía todo junto.

Ver tu interés por ayudarme, me motivó a encontrar la respuesta.

Revisé el formato y allí había elegido "No", en la opción: "Convertir saltos de líneas". Elegí "Sí" y ocurrió el milagro.

Gracias una vez mas.

Jonás dijo...

Me alegro de que hayas encontrado la solución. Ahora la distribución es más agradable para la vista y la lectura.

Jonás dijo...

Tus comentarios son siempre un bálsamo y calor en la inmensidad y soledad de la red. ¡Con qué alegría leo tus palabras llenas de densidad como aquel instante que recreaba en mi post en una mañana de domingo junto al mar!